EL POETA VALLEJO NO FUE TAN TRISTE COMO LO PINTAN

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Vallejo, según sus biógrafos apologéticos, era quizás el poeta más triste, más pobre y el más golpeado hondamente por el dolor humano. Un poeta inmerso en aquel trágico mundo perverso y que hoy nos cobija.

Si a un niño le preguntásemos qué le sugiere la palabra Vallejo, su recuerdo inmediato sería Paco Yunque, un niño noble de mirada triste que sufre en carne propia la real discriminación social.

A su turno los jóvenes o adultos relacionarían la palabra Vallejo con los Heraldos Negros o Trilce. Versos nostálgicos que reflejan en lo más hondo, aquellos bellos paisajes pueblerinos, amores juveniles, el sufrimiento en la cárcel o la pérdida de su madre. Composiciones que transmiten ese oscuro y misterioso sufrimiento le que aquejaría hasta el fin de su muerte, aquel viernes con aguacero.

Pero según algunos intelectuales ligados a la literatura peruana afirman que César Vallejo Mendoza no era tan triste, tan pobre, ni tan trágica su joven vida.

Bryce Echenique nos relata en sus Crónicas Perdidas, que Vallejo no vivía en condiciones modestas como señalan sus más apologéticos biógrafos. Mas bien, disfrutaba de lujosos departamentos que le proporcionaban sus amigos de las más altas esferas de la intelectualidad literaria.

“Allá por los 76 o 77, durante mi primer viaje a España, unos amigos me llevaron a la residencia de la familia Panero en Astorga. La viuda del poeta Leopoldo Panero me propuso entonces dormir en el dormitorio de Neruda o en el de Vallejo, como yo quisiera. Me quedé totalmente desconcertado: “¿Vallejo durmiendo y comiendo en tan espaciosa y elegante mansión? En fin, Neruda tal vez sí, por ser tan famoso y tan chileno. Pero en lo de Vallejo tenía que haber, sin duda alguna, un error. Vallejo era peruano, era hambre, soledad, huesos húmeros adoloridos. Y, aunque se hubiese muerto en viernes, era un poeta muerto en día jueves, en parís y con aguacero”. (pág. 240)

En otro párrafo continua Bryce: “En París tuve la suerte de ser amigo del músico peruano Raúl De Verneui, íntimo amigo y contemporáneo de Vallejo. Ese viejo notable y bonvivant había acompañado a Vallejo cuando éste le hizo la corte, con éxito, a la guapa hija de una panadera de Montparnasse. Gracias a ello, al menos mientras duró aquel romance, el poeta tuvo cada mañana su Baguette bien calientita al lado de su “café” con leche. Y solía reunirse con todo un grupo de latinoamericanos en el mismo café de Montparnasse en el que el futuro gran Picasso se reunía con un grupo de españoles, en la mesa vecina. Transcurrieron meses y tal vez años de silenciosa vecindad entre ambas “comunidades”. (pág. 241)

Por su parte, su biógrafo Juan Domingo Córdova, autor de “César Vallejo del Perú Profundo y Sacrificado”, refiere que Vallejo se reunía con los intelectuales latinos de su época para tomarse algunos whiskys. Vallejo tenía la cabeza de pollo. Los efectos del alcohol surtían efecto inmediato en la cabeza del poeta.

“Hay un lado bastante disipado del poeta que poco se conoce. “Vallejo nunca tuvo buena cabeza para la bebida y perdía el control con facilidad. Cierta vez, en el bar “les noctambules” de París, ingresó un argentino que en forma petulante empezó a protestar por la calidad del whisky. Vallejo, violentísimo lo tomó de las solapas: “¡Ahora me las vas a pagar, compradito!”. Al separarlos, Vallejo explicó que no iba a permitir que el gaucho se haga el importante para luego quedarse con todas las chicas, y se echó a reír y seguir tomando”. (cita tomada de la enciclopedia SABIAS QUÉ? el Perú y sus secretos)

En efecto nuestro poeta universal también supo reír, enamorar, beber unos whiskys con sus amigos y comer caliente y a su hora. Este también era Vallejo

One Response to “EL POETA VALLEJO NO FUE TAN TRISTE COMO LO PINTAN”

  1. Claro, nadie puede ser tan miserable como pelicula hindú ni Vallejo. Además para escribir eso de "la resaca de lo vivido" por lo menos debió haber conocido su traguitos. Para venir a estudiar a Trujillo debió de tener sus fichas y todo lo demás.

    Como siempre, se olvida la verdadera historia para formar un mito que alimente a la leyenda, en este caso al Poeta Vallejo.

    Saludos

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