Mi hermana es una adicta al celular

by Taylor de la Cruz in 1


Mi hermana se ha vuelto una adicta al teléfono celular. Envía y recibe mensajes mientras chatea con sus amigos. Mientras va y regresa a la universidad. Mientras cena. Mientras mira televisión. Mientras va al baño. Mientras está en la clase. Casi todo tiempo lo utiliza.

La mensajean todo el tiempo. Escribe horas tras horas. Hay momentos en que la apodamos de todo pero igual ella se mofa y continúa en sus quehaceres con sus amigos a través de su celular.

Es increíble pero tiene suficiente experiencia que escribe mensajes tan rápido como cualquier taquígrafo profesional. En realidad no he visto mensajear a nadie como ella. Incluso, si me comparo yo escribo uno y ella por lo menos 5. Ha logrado dominar su celular, que mientras mira sus telenovelas escribe mensajes sin necesidad de ver su pequeño teclado.

Su móvil lo guarda en medio de sus bustos, pese a que la cultura popular dice que llevarlo en ese lugar produce cáncer. Pero eso nos despreocupa ya que más tiempo lo tiene en sus manos y sus orejas.

Al día escribe cientos de mensajes y solamente ella los lee. Dice que son privados. A veces tengo mucha curiosidad que a la medianoche antes de acostarme y mientras ella duerme en los brazos de morfeo, tomo su celular y abro sus mensajes, y vaya sorpresa hay por lo menos veinte o treinta por leer y obviamente por contestar. Si que debe ser trabajoso. Al menos para mí lo es. Porque me demoraría mucho tiempo.

Hace poco, mi hermana encontró un trabajo en un centro comercial. Y eso no le fue impedimento para recibir y enviar mensajes. Dice que al menor descuido de su jefe trata de responderlos. Lo hace tan rápido que cree nadie se da cuenta. Eso dice ella, pero ya ha recibido un jalón de orejas de sus superiores por su indisciplina. Antes de cumplir el mes regresó a la casa decepcionada porque asegura no le gustó el trabajo. Más bien yo creo que la despidieron por tener el maldito celular a la mano.

Dice que tiene amigos que le escriben de todas partes, que primero los conoce a través del mesengger y después la mensajean. Así ha ido acumulando decenas de amigos. Ella es feliz así.

Ayer huraton el celular a mi hermana. Que mala suerte la suya. Llegó desesperada a la casa. Lloró como cuando fallece algún ser querido. Al principio me alegré porque pensé que era una buena solución para dejar esa adicción. Pero no fue así.

Conforme pasaban los minutos su angustia y desesperación crecían. Se encerró en su habitación y comenzó a lloriquear. Y a maldecir a las personas que la sustrajeron el celular. Ante cualquier sonido de teléfono ella salía corriendo de su habitación pensando que habíamos recuperado el suyo. Pero no fue así.

Regresó a su habitación y se encerró otra vez. Se quedó en silencio. Pensamos que se había calmado. Sentimos alivio por fin. Horas más tarde, la buscamos para que cene y dura fue la sorpresa. Yacía en suelo, pues había sucumbido a su adicción al no poder resistir tanta ansiedad y se suicidó.

¿Pero cómo nace esta obsesión por los mensajes? Pues fácil, tiene un teléfono celular marca sony ericson que le permite enviar mensajes ilimitados todo el tiempo. Por eso a ella nunca le falta crédito para mensajes. Y Quizás eso haya contribuido a su adicción.

Ha llegado a decir que si lo perdiera ese celular no sabría qué hacer. Quizás lloraría como si fuese una pérdida de un hijo. Lo lleva en el seno, en la mano, en la oreja, lo conoce muy bien. Y es lo único de valor que tiene.

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